viernes, 2 de abril de 2010

APAGÓN TELEVISIVO

Llegó el día del unplugged. La televisión analógica dice adiós, se desenchufa, ya no sirve. Esa caja tonta ,que durante años vimos como embelesados ( años '80 sobre todo, y que con la llegada de las privadas dio otro giro hace ya 20 años), se despide como la conocemos. Ya no más demora, la era digital está aquí.


La TDT comenzará a emitirse en su totalidad, concebida para mejorar la comunicación, ese es el humo que nos venden, donde la calidad (alta definición) y la cantidad (más canales) es lo más recurrente, y donde para no quedarnos fuera hemos tenido que cambiar nuestros equipos, haciéndonos cautivos, lo que ha reportado unos beneficios importantes a empresas dedicadas a vender sintonizadores, decodificadores y televisores.

Y cómo no, el negocio del otro lado, el del reciclaje de los prematuros y obsoletos aparatos que por decisión gubernamental, dos años antes de lo que se lo exige Europa, dejarán de funcionar ya mismo, hace su agosto.

La televisión ha perdido su posición de entretenimiento y ocio masivo en esta era de internet, donde uno ve lo que quiere cuando quiere, sin perder tiempo en publicidad insufrible y amnésica. Sin embargo, esta dependencia del electrodoméstico que revolucionó el siglo XX parece no tener fin.

Después de décadas inoculando millones de imágenes en vena, somos yonkis, que necesitamos nuestra dosis diaria de horas de todo tipo de estimulación, siendo pasivos espectadores nada responsables, acrecentando los minutos de violencia, de telebasura, de incultura, y conformándonos con que esto es lo que hay, pasando por este aro que nos imponen.

En esta salida todos pretenden hacerse con la mejor posición. Las cadenas han invertido mucho dinero por tener la mejor parte del pastel, y quieren un mando amigo.

Aunque a partir del 2 de abril es definitivo, aún hay sitios que no tienen esa cobertura que les permita visualizar esta innovación audiovisual, provocando malestar en cientos de pueblos fuera del alcance tecnológico, puesto que es un pasatiempo irrenunciable.

En la diversidad, con más temática, especializados en la programación, pretenden dar un servicio al gusto del consumidor, cada vez más exigente.

Lástima que cada uno de nosotros no ejerza el derecho de vivir sin este medio que nos alecciona inconscientemente derivándonos a una sociedad más frívola, más insensible.

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