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Cuando un foro a alto nivel como éste,V Foro Mundial del Agua, celebrado en Estambul, donde se perseguía un reconocimiento básico, se toma tan a la ligera algo tan esencial como el agua, se cierra sin acuerdo explícito en este tema, es realmente muy preocupante.
20 países firmaron una declaración disidente, aparte, para dejar clara su posición al cierre de la conferencia. Los países latinoamericanos Bolivia, Chile, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Uruguay, Venezuela, y España, que si lo considera derecho tanto a la potabilidad como al saneamiento.
La falta de solidaridad, todo en aras a seguir con la superproducción y el megaconsumismo resulta triste y descorazonador. Las multinacionales y los gobiernos que vetaron este principio, están interesados en sus particulares objetivos lucrativos, y no en la población. Son más las ansias de control y gestión de este recurso, que será definitorio en este Siglo XXI, y llevará a guerras inevitables. El agua tiene su valor, y tiene su coste. "No importa si es de vidas humanas".
A nivel nacional, y concretamente local, se pretende privatizar el agua, llevando también a bien crematístico algo que es un bien necesario al que todos tenemos derecho.
"Los ricos no quieren dejar de ser ricos, y los pobres, tienen que seguir siendo pobres para que todo siga bien en este mal llamado Primer Mundo, y la crisis no puede echar por tierra el invento éste que ha dado tantos réditos".
Mientras no haya una distribución real para todos los pueblos de la Tierra, el hombre no tendrá remedio, no habrá salvación.
El escenario en el que nos encontramos es incierto, y duro, muy duro, para ese lado del mundo al que se le niega lo más elemental, H2O. La justicia social no existe.
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