La encomiable lucha llevada a cabo por los familiares de las víctimas del accidente aéreo del YAk- 42 de hace 6 años se ve recompensada en parte por la sentencia dada estos días. Parece que la verdad sale a flote, pese a querer que el marrón se lo comieran los turcos.Los generales que trajeron los cuerpos sin identificar, (ni ADN ni comprobación alguna), que cometieron tantas irregularidades en su repatriación, que sabían lo que hacían y por qué lo hacían, han sido condenados. Las órdenes del gobierno español habían sido claras :Había que traerlos ipso facto. Todo estaba preparado para hacerlo cuanto antes y pasar página para que no les desgastara mucho.
Aquello fue atroz. Algo insultante para cualquier hijo de vecino con dos dedos de frente. El funeral de Estado televisado dejo entrever los atropellos miserables de Trillo y sus colegionarios, que pese al momento estremecedor, la aceptación de la responsabilidad brillaba por su ausencia. Habían contratado aviones de bajo coste, sin ninguna seguridad, y el riesgo de pérdidas era altísimo, como así fue.Pero es el día de hoy que siguen echando balones fuera.
La salida de tono del entonces Ministro de Defensa, apareciendo en una rueda de prensa para dar su parecer sobre la sentencia.No la acata. Piensan llevarla a otras instancias superiores, para que sus mentiras tengan cabida, y se les de la razón.
Cuando además del sufrimiento inconsolable, estas familias recuperan algo de dignidad después del pisoteo recibido y todo el calvario que tuvieron que pasar, llegar a este puerto es un descanso. Se lo merecen.
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