martes, 14 de abril de 2009

OKUP A CCIÓN

Vivimos en unas urbes deshumanizadas, junglas depredadoras, donde todo lo compra y lo vende el dinero, se especula con los sentimientos, con las vidas que nos esclavizan a hipoteca "limpia", encantados en un principio, condición sine quanum para volar del nido paterno, pero que pasado no mucho tiempo nos damos cuenta de que ese salto a la piscina a un precio enorme, arrasó el horizonte. Y no sólo se descubrió con la recurrida crisis, era algo obvio, inevitable.

El llamado movimiento okupa actúa tomando espacios para denunciar el sin sentido del sistema, redistribución de la riqueza: pisos no habitados, pero que tienen dueño, y que se ven invadidos por gentes con "ideales" (antiglobalización, cultura alternativa) de colectividad, en su compartir casas vacías , pero que mira tú por donde, si es tuya, no hace ni gota de gracia; por tanto, después de perder la salud por cumplir con los especuladores, siendo paganinis puntuales, para tener el día de mañana algo propio, quieres que se preserve tu propiedad privada, que se ve lesionada, este derecho no tiene peso en estos momentos: son muchos los guettos (rumanos, gitanos, etc) que tienen el respaldo de ongs, asistentes sociales, etc ,y que amparan estas actuaciones antes que ver claramente lo legal. Y no se trata de ser egoísta, pero cuando llevas 20 años para conseguir 30 m2 fastidia que venga otro y se instale con todos los honores en tú reducto o se les conceda por no se sabe muy bien que razón una vpo u otra por el estilo solo porque hay que saber llorar, para mamar.

Resistencia en los desalojos, algunos llegando a los desahucios, con la inevitable presencia policial.Un caso aparte me merece las acuciantes familias que no llegan a fin de mes, y tienen que entregar las llaves de la que creía que podía ser su casa, por no poder hacer frente a la situación crítica en la que nos sumergimos. Algo tremendo pasará si esto se sigue consintiendo. Seremos capaces de reaccionar??? Acabarán con su propio negocio, cosa que me alegraría, pero a costa de dejarnos bajo el puente.

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