Las profecías están para no cumplirse, sin embargo, no debemos dejar de lado el pesimismo de las catástrofes naturales que están afectando a un mayor número personas en todo el planeta. Así desastres como extinción de especies que a diario están pasando, talas indiscriminadas de los pulmones se siguen dando, un caos ecológico total, un desaprovisionamiento de las megaciudades,etc pues las urgencias de estos días por tener y no ser nos llevan por esta espiral, por esta locura.
No sólo los mayas hicieron sus previsiones. Nostradamus y códigos como el de la Biblia, también tienen para ese 2012 un punto de inflexión en las sociedades.
La esperanza que nos debemos dar es un cambio de conciencia y pensar que el materialismo no nos va a salvar, encauzando las energías hacía una integración planetaria de más respeto y espiritualidad fuerte y rica, sin caer en ñoñerías, sino el cambio de los conceptos y su sensibilización, priorizando al ser humano y su entorno. La nueva era depende de lo serio que nos tomemos el reto.
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