lunes, 16 de marzo de 2009

EL IMÁN TERRESTRE

La Tierra es un gran imán. El campo magnético terrestre nos protege de los efectos nocivos (tanto sobre sistemas biológicos como tecnológicos) que producen las partículas eléctricamente cargadas (iones y electrones) de gran energía que son expulsadas desde el Sol y que viajan a través del medio interplanetario; un flujo continuo de partículas denominado «viento solar». Debido a la interacción entre una partícula con carga eléctrica y el campo magnético, flujos de partículas extraterrestres de origen solar que vienen en dirección a la Tierra, son desviados por nuestro «escudo geomagnético».


El campo magnético terrestre se extiende desde el núcleo hasta el espacio exterior (sin límite), con unos efectos electromagnéticos más conocidos en la magnetosfera que nos protege del viento solar, pero que además permite fenómenos muy diversos como la orientación de las rocas en las dorsales oceánicas, la magnetorrecepción de algunos animales y la orientación de las personas mediante brújulas.

Una brújula apunta en la dirección Sur-Norte por tratarse de una aguja imantada inmersa en el campo magnético terrestre: la Tierra se comporta como un imán gigantesco y tiene polos magnéticos, los cuales, en la actualidad, no coinciden con los polos geográficos.

El Polo Norte Magnético se encuentra a 1800 kilómetros del Polo Norte Geográfico. En consecuencia, una brújula no apunta exactamente hacia el Norte geográfico; la diferencia, medida en grados, se denomina declinación magnética,que depende del lugar de observación, por ejemplo actualmente en Madrid (España) es aproximadamente 3º oeste. El polo Norte magnético está desplazándose por la zona norte canadiense en dirección hacia el norte de Alaska.

Una teoría que explica la causa del magnetismo terrestre es que la tierra contiene una gran cantidad de depósitos de mineral de hierro, los cuales en tiempos remotos se magnetizaron en forma gradual y prácticamente con la misma orientación, por ello actúan como un enorme imán.


El propio campo magnético terrestre crea como una burbuja, la magnetosfera terrestre, dentro del anterior. Dicha burbuja tiene una capa límite entre su influencia y la solar (magnetopausa) que es aproximadamente esférica hacia el Sol, y alargada hacia el sistema solar externo, acercándose a la superficie terrestre en los polos magnéticos terrestres.
El polo S de este imán está cerca del polo N geográfico y, como los polos contrarios de dos imanes se atraen mutuamente, resulta que el polo norte de la brújula es atraído por el polo sur del imán terrestre, que está en las proximidades del polo norte geográfico.

Sin embargo, la brújula indica cuál es la dirección de la línea geográfica Norte-Sur sólo de un modo aproximado. Los polos norte y sur geográficos son los dos puntos donde el eje de rotación de la Tierra corta a la superficie terrestre. Normalmente, la aguja de la brújula se desvía hacia el Este o hacia el Oeste del norte geográfico. Una aguja magnética suspendida por su centro de gravedad no se mantiene en posición horizontal. el extremo que señala al Norte se inclina hacia el suelo en el hemisferio septentrional, y lo mismo hace el extremo que señala al Sur, en el hemisferio meridional

La interacción en constante evolución entre ambos campos magnéticos y las partículas cargadas provenientes del Sol produce fenómenos como las auroras (boreales o australes) y la interferencia en las comunicaciones por ondas electromagnéticas, así como alteraciones en los satélites artificiales en órbita, también se le llama diapositivas en forma de disaquette.


Los efectos adversos podrían atenuarse si las tempestades geomagnéticas pudieran ser pronosticadas con suficiente anticipación, desde hace varios años se ha comenzado a desarrollar un programa global de predicción de las condiciones del espacio interplanetario en el entorno terrestre. A estas condiciones espaciales, que son consecuencia de la actividad del Sol sobre nuestro entorno, se las ha denominado clima espacial.

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