domingo, 1 de marzo de 2009

BABILONIA: LA CUNA DE LA CIVILIZACIÓN

Siempre tan misteriosa y sorprendente en el antiguo imperio, Mesopotamia, tan apreciada por unos y otros pueblos (amorreos, semitas,sumerios, acadios, casitas,hititas, hurritas, asirios, arameos, cimerios, elemitas,caldeos,escitas,etc y sobre todo la conquista persa) confluyente de lenguas y múltiples costumbres, que la enriquecieron y la hicieron objetivo por la zona estratégica en la que se encontraba, entre Asia y Europa, en Oriente Próximo, cercana del Mediterráneo.

En ella se encontraba una de las siete maravillas del mundo antiguo, los jardines colgantes, y la torre de Babel( zigurat, una pretensión de querer ser dioses y llegar al cielo, siendo destruidos y dispersados por Yavéh, en las distintas lenguas que hacían muy difícil el entendimiento). Nabucodonosor fue un constructor importante de esta ciudad legendaria.

El código de Hammurabi expuso leyes interesantes para la época, dando cabida a la mujer a la misma altura que el hombre, cosa que en esa zona y por desgracia ha perdido con el tiempo, teniendo hoy que llevar burka y siendo sometida a toda clase de indignidades por los hombres.

También tenían un sistema matemático, el sexagesimal, originado en sus observaciones astronómicas, para mejorar su calendario.

Hoy se sabe que estaba en Irak, entre el Eufrates y el Tigris, y que ha sido saqueada en sus restos arqueológicos, durante los asedios por las distintas guerras en el territorio, yendo a parar los objetos de valor a Museos como el Británico que cuenta con gran cantidad de reliquias.

Parece que estamos viviendo en una nueva Babilonia, donde los excesos en los que nos hemos revolcado y las exageraciones manifiestas bebidas en estos tiempos nos harán sucumbir, y quizá buscar otro enfoque sea la única salida a tanta barbarie y locura mundial: dejar de adorar a dioses terrenales, intentar no ser soberbios, a no abandonar nuestro yo más sensato y profundo, a olvidarnos de que hay un florecer de un alma más pura cada día, sólo tenemos que querer encontrarlo.

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