La brillante labor de este ex- jesuita hace que nos planteemos si tanto materialismo nos da felicidad, o si teniendo lo mínimo con una sonrisa se puede ser feliz.La Fundación que lleva su nombre trabaja para mejorar la vida de los intocables de la India, personas que no tienen nada y que gracias a esta colaboración de ong les dan educación(escuelas,bibliotecas,profesores,etc), sanidad(hospitales,centros planificación,centros médicos,profesionales,etc), vivienda, comida, ayuda sobre todo a mujeres(encaminadas a dar una atención laboral), niños, discapacitados, gentes humildes, pobres, marginados. Miles de niños son apadrinados para darles un futuro mejor.
Se pretende un desarrollo sostenido para los más desfavorecidos.
Tenemos que encontrar la espiritualidad, y dejar a un lado lo que nos impide realizarnos, ese materialismo que tenemos en cada poro desde que nacemos y del que es muy difícil desembararse, pero no imposible. El proyecto hecho realidad por este infatigable ser, nos hace creer en las utopías.
Todo puede cambiar si queremos que cambie, y la tragedia que viven millones de personas, no sólo en la India sino por todo el mundo, incluso aquí, puede ser erradicadas, pero debe ser firme. Como decía Ferrer actuando es como se llega a lo más grande. Un hombre puede cambiar el mundo, lo quiso, y en su entorno lo consiguió. Hace falta muchos más como él para encontrar solución a este disparatante mundo, que niega la solidaridad, la compasión.
Desde este rincón mi reconocimiento a una labor encomiable.
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